Por/ Vivian
Velazquez.
El debate de los documentos programáticos emanados del VII Congreso del
Partido Comunista de Cuba es noticia en el país. Los medios públicos de
Comunicación reflejan algunas aristas de lo que acontece en círculos de
artistas y escritores, centros laborales, Universidades, Instituciones
estatales, asociaciones, núcleos de militantes del Partido Comunista y de la
membresía de la Unión de Jóvenes Comunistas en las diferentes provincias del
territorio.
La Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano y el Plan
Nacional de Desarrollo Social hasta 2030: Propuestas de la Nación, Ejes y
Sectores Estratégicos son objetos de análisis, refrendamiento y nuevas propuestas
por parte de más de 4 Millones de cubanos y cubanos.
Los periodistas enfatizan en el derecho público a la información, y que
los Medios públicos de Comunicación deben continuar siendo de propiedad social,
aunque incluyan nuevas formas como la cooperativa u organizacional.
Representantes religiosos llamaron a sustituir el término Prospero en la
definición de nuestro Socialismo, por tener connotación individual. También al
énfasis en el cultivo de Valores Morales y Cívicos.
Obreros de una fábrica a que el salario debe corresponderse con la
productividad para constituir estímulo
al trabajo. Se sostiene que los documentos tienen que ser más explícitos en la
atención y prioridad de los segmentos vulnerables de nuestra población, a tenor
del reconocimiento de las diferencias sociales que se han ido creando en el
país.
Como se observa hay conocimiento, deseos y satisfacción de aportar en la
construcción de nuestra sociedad por parte de aquellos y aquellas que han
tenido acceso a los documentos. Las propuestas incluyen desde la experiencia personal,
la disección critica de nuestra compleja realidad hasta las definiciones más
avanzadas de teoría social.
Con decisiones como esta, nuestro partido único, aspiración y obra de
Martí y Fidel, consolida su vocación de masas. De la vanguardia al pueblo en
retroalimentación constante, validando la máxima “Con Todos y para el bien de
Todos”, nuestro Sino para todos los tiempos.
Es llamativo entonces, que la convocatoria sea parcial. Solo al 36,97% de
la población mayor de 17 años.
Como todo proceso social, aun sin quererlo, tiene connotación de Género y
Generacional. Veamos, un millón y medio de cubanas en edad laboral (17 - a 59 años)
no tiene ningún vínculo de estudio ni trabajo. Son amas de casa. No tendrían
entonces como participar, como hacer escuchar su voz en este momento decisivo. Al
2014, la proporción de Adultos Mayores en el país es del 19,0 %, más de 2 Millones.Dentro de ellos se incluye la primera generación relevo, de las y los
iluminados que definieron esta Revolución Socialista de América, quienes tampoco
tienen espacio para aportar sus ideas.
Se explicó en un editorial del Periódico Granma, órgano oficial del PCC,
que aunque se había analizado que esta estructura adoptada no alcanzaba la
mayoría de la población cubana, se estimaba que contaría con “un buen baño de
masas”, por extensión del término, de legitimación.
Debo discrepar. En este periodo crucial de nuestra historia tanto el
contenido, como la forma, van a definir nuestros derroteros mediatos y futuros.
Está muy fresco en la memoria el
Referéndum Aprobatorio que constituyo el análisis de los Lineamientos para la
Política Económica de Cuba. Aquel postureo de Palmas Reales que fueron las
asambleas abiertas en el seno de cada CDR. ¡Eso es Participación! En nuestro
país no existe otra forma de organización más incluyente. Allí estamos todos:
niños y niñas que al calor de la presencia y los coloquios de vecinos aprehenden
el método, los rebeldes adolescentes que se creen con el derecho de todo y
pudieran respirar historia local y filosofía de carne y hueso, estamos los
adultos que cavilamos en las noches sobre este nuevo rumbo y sus consecuencias.
Allí, nosotras las féminas, a medio camino del mañana cargando el lastre
patriarcal pero empujando. También, las generaciones mayores de 60 años compartiendo
sus historias y experiencias.
Los Comité de Defensa de la Revolución (CDR) son un tipo particular de organización de
masas. Surgida con directiva centralizada pero que en la praxis ha tenido una
vocación comunitaria y vecinal sin emulo en el mundo. Allí está el pueblo llano
que sostiene la Revolución Cubana y nuestra construcción particular de
socialismo. Allí el 84 % de cubanas y cubanos genero la solidaridad social
suficiente para junto a la ayuda del Estado compartir los exiguos recursos y sobrevivir
el crack económico de los 90 del pasado siglo XX. Es el espacio en que
comparten lazos íntimos y vecinales las clases obreras, los y las intelectuales,
la dirigencia, los y las artistas, el incipiente sector privado. Allí se
entreteje cada día el Pacto Social de Gobernabilidad.
¿Cómo se toma una decisión de este
tipo y de este alcance? Definir el hoy y el camino para el mañana, no es
suficientemente importante, para que todos estemos convocados? Allí debe quedar
saldada la deuda del Socialismo construido hasta aquí, con la individualidad.
Definida la protección a los sectores vulnerables de nuestra sociedad, que sin
lugar a dudas se irá incrementando a nuestro pesar por lo menos en esta etapa. Necesidad
de Legislación que garantice paridad de Género en los cargos de dirección a
todos los niveles de la institucionalidad y de gobierno y otras importantes
cuestiones.
Subestimar la clara inteligencia natural de nuestro pueblo y su capacidad
desarrollada en más de 50 años de Revolución es solo prejuicio de cierta capa de
instruidos-intelectuales dirigente y su burocracia. Imaginar que los casi 2 millones de no ocupados laboralmente y las
amas de casa, y Adultos Mayores no pueden comprender términos filosóficos y que
no podrían aportar soluciones, ángulos de la verdad, vivencias no
contabilizadas en %, emociones, es arrastrar al hoy y quizás al mañana errores
ya nombrados, aunque evidentemente no exorcizados.
En resumen, el 37,50% de los mayores de 17 años cubanos y cubanas estarán
excluidos del debate. Una exclusión que afecta sobre todo el componente
femenino de nuestra sociedad al constituir el de menor incorporación al trabajo
actualmente y a Adultos Mayores.
Aún estamos a tiempo de enmendar este disloque. Todos y Todas queremos y
debemos, en Democracia Participativa, ser actores de nuestra vida individual y
social. Ser testigos militantes de la Patria Bonita.
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